lunes, 16 de abril de 2012

Mi niña de ojos azules

Es curioso que nunca se me ocurra qué escribir pero luego cuando comento un blog parezca que he escrito una entrada allí. Mis dedos vuelan sobe el teclado (ser matrícula de honor en mecanografía con 419 pulsaciones por minuto no es moco de pavo) y no me llega la voluntad para pararlos sin que ellos, ofendidos se revuelvan contra mí y ataquen una de las numerosas espinillas que pululan cada mes por mi juvenil carita.

Después de rumiar un desengaño por parte de mi querida hermana durante varios días, (si me lees, no te he perdonado aún, esto me duele mucho) harta de pensar qué he echo mal, dónde me equivoqué, que ha sido de mi princesita de ojos azules, pestañas oscuras y cejas rubias, he recordado los días que pasé peinándola y contándole cuentos.


Mi pequeña nació pelona, como su hermana. Cuando fui a conocerla a las 6 de la tarde, con una tarrina de dos litros de helado de fresa en la mochila para mi madre todavía no sabía como se llamaba. Fue lo primero que le pregunté a mi madre ¿cómo se llama? porque estábamos entre dos nombres: D y H. Se llama H y eso es algo que ella se encarga de repetirle a todo el mundo: yo soy .... pero con H.
Y ahí estaba. una carita redonda, con los ojos cerrados y la boca abierta, arrugada, pelona y..... sin cejas. Si, mi hermana nació sin cejas para grán desolación de mi abuela P que fue lo primero que me preguntó, pero taaaan bonita, tan chiquitita, cuando pude cogerla (su madrina que era una manazas y no me dejaba jeje) aquello parecía un blandiblu... parecía que se caía y me miró con esos ojos azules que me robaron el corazón. Yo tenía 12 años, y ella 4 horas.


Esos días de recuperación del parto los pasé en casa de mi tia MC (su madrina) con mis primos. Mi prima A y yo estábamos maravilladas con el prodigio de hermana que me había tocado, y es que después de tanto primo pequeño al que cuidar, por fín nos venía un bebé al que enseñar, estrujar y darle besos, que eso sí que se dejaba y lo mejor es que era mío. Con mi tía yo fui a escoger el moisés que le regaló a mi hermana. Mi madre me dejaba que le escogiera la ropa, le pusiera el chupete, podía jugar con ella, ver como la bañaban... si hasta se podía acostar conmigo!!! Era mejor que una muñeca, porque algún día empezaría a hablar y yo sería tu tata, que es como me llama todavía.


A los 7 meses la pelamos por primera vez. Con las tijeras de coser le cortamos el único mechón de pelo que le sobresalía de la cabeza y lo pegamos a un pos it para guardarlo. Luego el pelo empezó a crecerle y mi madre se lo cortaba, le ponía cintillos de todos los colores "para que no se le desabrochen las orejas"  le compraba lacitos con velcro que era imposible ponérselos porque "mamaaaa que no tiene pelo, ¿dónde se lo vas a poner?" hasta que hacia el año y medio mi chiquitina empezó a tener pelo. Le salieron 4 caracoles en la parte de atrás y en lo alto de la cabeza se le podían hacer dos palmeritas con gomillas chiquitinas. Luego los caracoles como se sentían tan a gusto se multiplicaron, de 4 fueron 12, luego 20 y entonces empezó a enroscarse cual serpiente, ya era imposible peinarla con el peine de Chupetín, ahora necesitaba artillería pesada: lo mejor era peinarla con el pelo mojado.

Da igual que sea Diciembre y estemos a 1 grado, ahí hay que mojarle el pelo. Me olvidé de los cepillos de plata que quedan monísimos en el tocador y armada con un tenedor de trinchar el pavo y dosis extra de paciencia, porque la tía protestaba cosa mala, creé a Rosa.
Rosa era una niña a la que no le gustaba peinarse y su madre le decía que si no se peinaba le invadirían el pelo una familia de duendes, cada duende era un enredo. Un día la madre de Rosa vio que la cabeza de su hija tenía muchos enredos de muchos colores y le dijo a Rosa que los duendes se habían instalado en su cabeza. Rosa lloraba y lloraba, porque cada duende le hacía mucho daño y su madre estaba desesperada y sin saber que hacer para que no le doliera tanto. Un día la madre de Rosa encontró un peine mágico que adormecía a los duendes y se caían del pelo sin hacer ruido y esa fue la salvación de Rosa, mechoncito a mechoncito su madre le cepillaba el pelo todos los días con el cepillo mágico (en el cuento era un peine mágico, pero en la realidad el peine mágico de Rosa era un cepillo que venía de regalo con el champú y era buenísimo) para que los duendes no volvieran y así cuando Rosa entendió que tenía que peinarse todos los días su madre decidió regalar el peine para que otras niñas con duendes en el pelo pudieran quitárselos y por eso en ese momento lo teníamos nosotras.

Así toooodos los días dos veces (porque la niña dormía siesta) durante varios años, cada día contándole el mismo cuento y no cambies nada... "Tata, eso no era así" (amosnomejodas).
Ya han pasado muchos años de eso, mi chiquitina que ha tenido varios motes de los cuales solo perdura uno  porque a mi madre le gustó (y es que no tenía armas para rebatirme ese jijiji) ya es toda una mujercita

19 comentarios:

  1. Vaya entrada preciosa dedicada a tu hermana y sus rizos.
    Creo que es un detalle tan bonito que podrías pensarte el perdonarla ya.
    Un cuento muy bonito el del peine mágico ¿y qué tal un abrazo mágico entre hermanas?

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    1. De momento perdonarla no soluciona nada, tiene que demostarme que realmente está arrepentida y ganarse mi confianza.
      Y lo del abrazo es dificil, nos separan 160km... pero ella sabe que la quiero con locura. Besos.

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  2. Es curioso, yo me llevo 14 años menos 2 meses con mi única hermana. De pequeña tenía fobia a que le entrara champú en los ojos, y había que aclararle el pelo poniéndole una toalla pequeña en los ojos... Sigue igual de maniática, jajajaja. Algún día tendré que hacer una entrada sobre ella...

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    1. Lo que tiene ser hermana (bastante) mayor es que te acuerdas de casi todo lo que has pasado o vivido con ella. Espero esa entrada, besos.

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  3. Que entrada tan bonita... y menuda experiencia con niños has ganado teniendo una hermana con esa diferencia de edad...

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    1. Siempre que digo algo sobre niños me baso en mi experiencia con mi hermana y como canguro ajena... hay veces que esa experiencia no es bienvenida por no provenir de una madre.. gracias, besos.

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  4. Yo no recuerdo con tanto detalle el nacimiento de mi hermana... porque nos llevamos 4 años y pico y yo tenia 4 cuando ella nació. Pero no nació pelona, eso sí lo sé, jejeje

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    1. Normal, cielo a esa edad seguro que lo único que te preocupaba era si iba a quitarte los juguetes... estos enanos, llegan los últimos y se lo quedan todos. Besitos

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  5. Qué bonita entrada...muy tierna, veo a mi nena hablando de su hermana (se llevan 7 años) la llama "mi bombón"

    ¿Así que MH en mecanografía eh? yo pensaba que mis 350 eran algo...

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    1. Me avala el título original (roto por la enana) y la copia que tuvieron que mandarme de la academia...
      Ainss que ricas tu caramelito y su bombón jejeje. Besos.

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  6. Precioso lo que has escrito de tu hermana y espero que muy pronto, esos duendes mágicos deshagan el enfado y la relación vuelva a la normalidad.
    Besos

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    1. En realidad no estoy enfadada, si no dolida. Con esta entrada quiero que sepa (si lo lee) que la quiero mucho a pesar de lo inconsciente que és. Besitos.

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  7. Qué bonito!!! Ya verás cómo recapacita... Los adolescentes son tercos pero luego se piensan las cosas. Un besote!!!

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    1. Mas que recapacitar, yo diría cambiar de actitud y no volver a hacerlo más. Convertir en arrepentimiento las lágrimas de cocodrilo. Besos.

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  8. Me encanta. Que post más tierno. Y me ha gustado muchísimo el cuento de Rosa. Se lo contaré a Daniel que tampoco se deja peinar. Espero que se os pase el enfado y os reconcilieis prontito. Las personas que se quieren se hacen mucho daño.

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  9. Yo me llevo con mi hermana 4 años también y me tuve que ocupar de ella cuando pasó todo lo bonito, jeje. También le quiero mucho, pero a veces es inevitable enfadarse. Y cuando los enfados son entre hermanos son más gordos que con los amigos o con cualquiera, porque estas acostumbrada a pelear con ellos desde pequeño. Pero también es verdad que siempre te acabas arreglando pase lo que pase, porque al final es tu hermana y os une algo muy fuerte.

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  10. Te leo y me viene a la cabeza todos los recuerdos de la niñez con mi hermana a la que le llevo 11 años jeje, solo espero que ese enfado pase prontito ya que las diferencias son inevitables y lo mejor es respetarse la una a la otra aunque no se esté de acuerdo en algunas cosas, el amor que hay entre hermanas debe superar esos pequeños baches.

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  11. Qué bonito!! Yo no recuerdo el día del hospital el día en que nacieron mis hermanas. Será porque nos llevamos dos años entre cada una. Cuántos recuerdos tienes y además se nota el amor que le tienes. Por cierto, a mi me encantan tus largos comentarios jajaja. Un besazo!

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  12. Qué entrada tan bonita!!
    Tiene que ser una experiencia muy especial, poder disfrutar así de una hermana. Me ha encantado el cuento de Rosa y los duendes del pelo!
    La adolescencia es una etapa dura, no la machaques mucho y anímala a que hable contigo.
    Un besito.

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